Poco se sabe de este Rey, salvo su captura en el curso de la guerra que, contra los invasores de Hispania del año 409, emprendieron los visigodos de Valia como federados del Imperio Romano entre los años 416 y 418. Su nombre no aparece con anterioridad y no consta que dirigiese a los silingos antes de su entrada en Hispania. Los silingos se habían asentado en la Bética como resultado del reparto de las provincias hispanas entre los grupos bárbaros, que tuvo lugar en el año 411. La batalla que marcó el fin del reinado de Fredbalo se desarrolló en las inmediaciones de Gibraltar y ocasionó graves pérdidas a los vándalos silingos.

El Rey, sin embargo, no llegó a tomar parte en ella, pues fue capturado mediante un ardid por los visigodos y entregado a los romanos. Los silingos supervivientes decidieron acogerse al amparo del rey de los vándalos hasdingos, Gunderico, al que reconocieron como Soberano, uniendo su suerte, en adelante, a la de este grupo. [...]