Pedro Porter ingresó en la Armada a los dieciséis años e inmediatamente se vio inmerso en actividades bélicas; primero (1627) en la expedición contra los hugonotes en La Rochela como medio de eliminar la piratería en las costas españolas; aún en el entorno peninsular actuó en protección de los galeones que llegaban de América, hechos que tuvieron lugar en Finisterre y en Sanlúcar. Más tarde (1629) en la armada de Fadrique de Toledo para expulsar a los ingleses que se habían asentado en las pequeñas Antillas (San Cristóbal y Nieves) y, por fin (1631) alcanzó el grado de alférez.

Viajó a Indias (1633) con un transporte de azogue y Antonio de Oquendo, almirante general, lo ascendió a capitán (1634) y como tal viajó de nuevo a América al mando de un navío. Una experiencia suficiente para permitirse escribir su Reparo a errores de la navegación española (publicado en Zaragoza 1634); una obra en la que Porter y Casanate insiste sobre la ignorancia e incultura de los pilotos, como había hecho Martín Cortés de Albácar el siglo anterior, y con el mismo objetivo de incrementar su interés y sus conocimientos. También escribió un Diccionario náutico que no ha visto su edición y, perdido, tampoco es accesible. [...]