Último hijo -decimonoveno- de la numerosa familia formada por Bernardino y Julia, dedicados a la tintura de tejidos. La destrucción por un incendio del tinte familiar obligó a Crótido a emigrar en un principio a Madrid, y posteriormente a la ciudad mejicana de Tabasco, donde se dedicaría al comercio de productos agrícolas durante varios años. Siguió manteniendo relaciones con sus hermanos, quienes regentaban en Madrid un comercio de coloniales suministrados desde Méjico.

Volvió a Madrid en 1905, y en 1910 comenzaba la expansión de su negocio, basado en el café. Mantenía dos plantas de tratamiento del mismo en Bilbao y Madrid, con su marca El Cafeto, que da nombre a la calle madrileña donde estaban sus oficinas. [...]